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Jara evita debates: una peligrosa señal de hostilidad a la inversión y el empleo

La candidata presidencial y ex ministra del Trabajo justifica su ausencia de foros empresariales como un acto de “autonomía”, pero en la práctica desprecia el diálogo con quienes crean los puestos de trabajo que dice defender.

La ex ministra del Trabajo y candidata presidencial del Partido Comunista (PC), Jeannette Jara, defendió su ausencia en debates clave organizados por gremios empresariales, en el marco de su gira por el país de cara a las primarias del oficialismo. Durante una actividad, antes de dirigirse a Castro, en Chiloé, Jara argumentó que su agenda la define ella y no los intereses económicos, presentando su decisión como un acto de independencia y priorización de las regiones.

“Me siento muy contenta de que mi agenda no la definan los empresarios que financian algunas las candidaturas, sino que pueda definir yo con autonomía dónde estar presente”, declaró la secretaria de Estado. Con estas palabras, justificó su inasistencia al foro de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y la que tendrá en el evento de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA). Jara sí participó previamente en un debate organizado por la Sociedad Nacional de Minería (Sonami).

La candidata añadió que “los empresarios no son los únicos ciudadanos de nuestro país y la gente de las regiones también tiene que conocer las propuestas”. Concluyó celebrando su supuesta independencia: “Me alegra ser autónoma, como señalé, de los empresarios, dado que no es esta la candidatura que ellos financian, lo que me permite definir mi agenda con libertad”.

Detrás de una retórica que apela a la descentralización y a una supuesta independencia, las acciones de la ministra Jara envían una señal inequívoca y preocupante: la hostilidad ideológica hacia el sector privado. Plantear una dicotomía entre “los empresarios” y “la gente de las regiones” es un recurso populista que ignora una realidad económica fundamental: sin inversión privada, no hay creación de empleos sostenibles, ni en las regiones ni en ninguna parte.

Resulta paradójico que la titular de la cartera de Trabajo evite deliberadamente discutir sobre empleo y productividad con la Cámara Chilena de la Construcción, uno de los sectores que más mano de obra contrata en el país. No se trata de un problema de agenda, sino de una declaración de principios. La decisión de Jara no es una defensa de las regiones, sino un rechazo al diálogo con actores clave para el progreso económico de esas mismas regiones.

El mensaje que se envía a los inversionistas, tanto chilenos como extranjeros, es de una profunda incertidumbre. Si una candidata con posibilidades de gobernar considera un acto de virtud el no dialogar con los sectores productivos, ¿qué tipo de políticas públicas se pueden esperar de su eventual gobierno? Los incentivos se distorsionan: en lugar de fomentar la colaboración para generar más y mejores trabajos, se promueve la confrontación. Esta actitud no fortalece al Estado, sino que debilita la economía al erosionar la confianza, pilar fundamental de cualquier proyecto de inversión a largo plazo.

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POR QUÉ IMPORTA

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  • Incertidumbre para la inversión: La hostilidad explícita hacia el sector empresarial genera desconfianza y ahuyenta capitales, frenando proyectos que son vitales para crear empleos formales.

  • Menos empleo y peores salarios: Al despreciar a los empleadores, se atenta directamente contra las oportunidades de los trabajadores. Sin inversión no hay nuevas plazas laborales ni competencia que impulse los sueldos al alza.

  • Señal de un mal gobierno: Un candidato que evita el diálogo con sectores productivos anticipa una administración sectaria e ideologizada, incapaz de gestionar la economía con pragmatismo y enfocada en la confrontación de clases.

  • El costo oculto del populismo: Se presenta como defensora del "pueblo", pero sus acciones socavan las bases de la prosperidad que permitirían mejorar la calidad de vida de las familias chilenas.

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OBJECIONES Y RESPUESTA

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Objeción: "La candidata tiene razón. Los empresarios han tenido demasiada influencia y es hora de que un presidente gobierne para la gente común y las regiones, no para las élites de Santiago".

Respuesta OPL: "Este es un falso dilema. Gobernar para 'la gente' implica crear las condiciones para la prosperidad, y eso requiere ineludiblemente de inversión privada y diálogo. Los empleos en las regiones no se crean por decreto estatal, sino por empresas que arriesgan capital. Al rechazar el diálogo con los gremios productivos, la candidata no empodera a las regiones; les niega la posibilidad de atraer las inversiones que generan los trabajos y salarios dignos que sus habitantes necesitan. La verdadera autonomía no es aislarse, sino tener la fortaleza de debatir ideas con todos para construir un país mejor".

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La retórica que divide a los chilenos entre "el pueblo" y "los empresarios" es el camino más seguro hacia el estancamiento económico y el empobrecimiento colectivo.

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FUENTES CONSULTADAS

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Diario Financiero – https://www.df.cl/economia-y-politica/politica/jara-defiende-la-gira-que-la-ausento-de-algunos-debates-con-los-otros